La telemedicina ha demostrado tener un gran impacto en la salud. Evita los desplazamientos innecesarios de los pacientes al centro de atención especializado; reduce los costos y los riesgos asociados con la movilización, no solo de los pacientes y sus cuidadores, sino también de los profesionales del área de la salud; puede y tiene potencial para disminuir los días de hospitalización de los pacientes; facilita el flujo de la información en y entre las instituciones, y la prestación de atención en sitios remotos y aislados, y además promueve la capacitación continua de los profesionales de la salud.
Adicional a esto, tiene diversos beneficios para los usuarios de la telemedicina, como por ejemplo diagnósticos y tratamientos más rápidos, reducción del número de exámenes complementarios, atención integral desde el primero momento, disminuye el gasto bolsillo, aumenta el conocimiento sanitario de la población y ayuda a fomentar el auto-cuidado